La marina de México se suma a la búsqueda del yate desaparecido con argentinos a bordo

 La Marina de México se sumó a la búsqueda de un yate con dos tripulantes argentinos que había llevado ayuda humanitaria a Haití y debía regresar a un puerto de la nación azteca.

También se solicitará ayuda a los Estados Unidos, dado que uno de los navegantes tiene también nacionalidad de ese país norteamericano.

La embarcación está desaparecida desde el martes pasado en las aguas del Mar Caribe y se trata de la «M.O.I. Guadalupe», la cual estaba tripulada por los argentinos Renzo Spasiano, de 20 años, y Carlos Eduardo Juárez, de 45 y propietario de la nave, además de un ciudadano cubano, Martin Alejandro Vega Argae, quien cumplía el rol de capitán, y otro mexicano, Denis Manuel Fernández Díaz.

La nave había entregado en Haití la ayuda recolectada por distintas ONGs y debía llegar a la isla mexicana de Cozumel el pasado miércoles.

En la búsqueda ya había tomado intervención la Embajada Argentina en México y el Consulado de Playa del Carmen, en colaboración con autoridades de la Marina mexicana y la Capitanía del Puerto de Cozumel.

El yate tuvo su última comunicación a unas 130 millas de Cozumel, sin reportar novedades, a pocas horas del arribo y, según se supo, no existieron condiciones climáticas desfavorable y tampoco se reportó otro tipo de problemas.

Según expresó la Cancillería, mediante un comunicado: «La embarcación de 83 pies de eslora, color blanco, marca Hatteras, tuvo su última ubicación en Latitud 19, 74.4’ N y Longitud 084 40.4’W a 130 millas náuticas de su destino final el Puerto de Cozumel, Quintana Roo, al que debía arribar el 29 de septiembre a las 11 horas».

Luis Spasiano, padre de Renzo, el joven argentino que estaba embarcado como marinero, contó que el yate transportó «remedios y comidas» a Haití. «Es un yate de 83 pies. Salieron de Quintana Roo, sin ningún problema. Cargaron combustible, alimentos e iniciaron el regreso.  Se reabastecieron en el puerto de Jamaica, rumbo a México», indicó.

Además, señaló que en la embarcación «llevaban un teléfono satelital y un equipo de posicionamiento global que emite señales cada 20 minutos, con la ubicación. Por eso se podía ir monitoreando la ruta».

«Tuvieron una comunicación con un capitán que se encuentra en Miami y dijeron que el tiempo estaba bien, sin tormentas ni viento, el mar estaba tranquilo. Todo en condiciones óptimas, pero a los 20 minutos se corta el posicionador y la comunicación», añadió.